La meditación es un método de transformación de la mente a través del cual podemos cultivar activamente una mayor conciencia de nosotros mismos, así como aprender a responder cada vez más desde una base firme de emociones positivas. La meditación es también la herramienta fundamental que nos permite acercarnos a ver la realidad tal y como es y, a partir de dicha percatación, liberarnos del sufrimiento.

La meditación es la puerta hacia la conciencia y la bondad universal, las cuales son cualidades que pueden desarrollarse ilimitadamente. La meditación empieza con el proceso de adentrarse en la propia experiencia y nos conduce a emerger en la corriente misma de la vida.

En el Centro Budista de Cuernavaca practicamos principalmente (aunque no exclusivamente) dos meditaciones: la atención plena a la respiración y el cultivo del amor incondicional o la bondad ilimitada (metta bhavana).

¿Qué es la atención plena?La atención plena (también llamada “mindfulness”) es la traducción al español de la palabra sati, que está en el idioma pali y que significa atención, recuerdo o memoria. Es una cualidad de conciencia que nos permite estar atentos y presentes en la experiencia del aquí y el ahora, tal y como es. Para cultivar sati, utilizamos como herramienta la respiración, o la experiencia del cuerpo y sus sensaciones, o bien atendemos a las emociones y los pensamientos. Además, sati nos permite volvernos más sensibles al entorno y a los demás. Con una base de atención plena, y en la medida en la que ésta se va profundizando en nuestro día a día, podemos redirigir el cauce de nuestra mente y labrar una vida más ética, gozosa y significativa.

La palabra metta está en el idioma pali y significa amor universal o bondad sin límites; es una actitud o disposición que intentamos fomentar como una respuesta creativa hacia todos los seres, independientemente de sus cualidades o defectos, más allá de nuestra relación específica con ellos o de nuestras preferencias y afinidades. Se trata de la actitud de un ser humano emocionalmente sano hacia la vida. Cuando respondemos desde metta no esperamos reciprocidad y no imponemos condiciones. Su cultivo activo nos permite trascender emociones destructivas, entablar relaciones humanas sanas y creativas, y vivir en un mundo más pleno.